sábado, 17 de agosto de 2013

18- Recolectando calcetines.




-Aunque.. ¡espera! Todavía no tengo nada de ellos.. no me puedo poner a buscar pelos por el apartamento de ellos porque incluso podrían ser de una rata  y ¡no quiero pelos de una rata! Quiero tener algo de ellos *w*
-Llévate un calcetín -contestó Marcia mirándola perpleja. 



Y entonces se convencieron, ese era el plan, entrar en el jardín de la casa Beatle (en verdad era la casa de Ártriz pero los beatles se acoplaron a ella). Después de entrar en el jardín decidieron buscar una ventana abierta, y por suerte había una, la del baño (que estaba abierta porque necesitaban ventilarla por una sorpresa que viene después).. 

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Entramos por aquella ventana, los milagros que tuvimos que hacer para subir a ella no se pueden contar por aquí porque vendría un científico loco a quitarnos las ilusiones diciendo que no es posible que un OVNI nos abduciera justo lo suficiente para poder saltar a la ventana. 


La ventana parecía estar abierta por algún motivo, al entrar notamos el olorcillo aquel. Nos miramos tapándonos la nariz mutuamente, pero de repente la cara de Marcia cambió mirando detrás de mi. 
-¿Qué cojo... 
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! -Chillé antes de que Marcia pudiera acabar de hablar. Detrás de mi había un caballo enorme enorme, por lo menos de tres metros (en verdad era un caballo normal, más pony, pero exageramos mucho) cubierto de una masa marrón de la que deducimos que era excrementos. 
En eso que el caballo abrió la boca con esos dientes que parecía que nos iban a comer y no pude evitar salir corriendo como alma que lleva el diablo, y creo que Marcia también voló de allí. 




Corrí hasta abrir y cerrar muchas puertas. Parecía la madre de la película de los otros, todo el día cerrando puertas porque.. los caballos no tienen mano ¿no? y por lo tanto no abren puertas. 

Llegué a una habitación con las paredes moradas. Estaba más o menos ordenada, pero no me detube a mirar, me escondí debajo de la cama asustada. Entonces allí encontré un calcetín y me lo guardé por si acaso. De repente mi pie dio con alguna del suelo hueca. Me di cuenta que debajo de aquella cama había una trampilla que llevaba a unas escaleras y en ellas a un pasadizo subterráneo. 




Versión de Marcia. 


Salí corriendo, huyendo de aquel monstruo del demonio de satanás y de.. yo que sé. 
Me paré y pensé "¿vale la pena huir de un caballo cubierto de mierda que anda por un baño?" ... nah, no merecía la pena, por lo que caminé tranquilamente por la casa hasta entrar en la cocina, ya que allí estaba la nevera, estaba el fuego, estaba la papelera, los cuchillos una mesa con encima una pecera llena de peces... espera un momento..
-¿¡PECES!? -grité, e instantáneamente me subí a la encimera de la cocina, me acurruqué en un rincón y me puse a temblar. Ahora estarían ahí esos peces, mirándome, y yo sin saber qué pensaban sobre mi. Oí un ruido, y entonces grité. 
-¿¡BEA?! 



Versión de Bea. 

Seguí aquel pasadizo, no era de piedra como de un castillo, las paredes estaban pintadas de blanco, lisas, con un suelo limpio de madera. Al final de él una puerta, verde, de metal. Abrí con algo de curiosidad la puerta, no, algo no, MUCHA curiodad. ¿Para qué querían los Beatles un pasadizo? A ver, dime .


Versión de John. 

Acababamos de venir de aquel concierto los chicos, y Ártriz de casa de ese Jev que siempre está en nuestra historia. 

Entramos hablando de cosas triviales dejando los abrigos en el perchero cuando de repente. 
-¡¿BEA?! -ese nombre me resultaba familiar. 
Todos nos miramos y supimos que hacer, seguir aquel grito. 

En la cocina nos encontramos a la misma chica de la fiesta de ayer temblando, encima de la encimera. 

-¡Aaah! ¡La de la princesa Disney! -gritó la chica dirigiéndose a Ártriz y abrazándola fuerte. 
-Eh.. ¿Hola? -dijo Ártriz patidifusa. 


Versión de Bea. 

Y allí estaba yo, en un supermercado que tendría de tamaño como el de un salón enorme. No era muy grande para un supermercado, pero ¿qué coño hacía un supermercado allí? Además, no había cajas, ni gente, ni nadie.. sólo frigoríficos, congeladores, fruta, verdura..  Me quedé helada... literalmente, porque me comí un helado, estaban realmente deliciosos. 

Versión de George. 

Parece que la chica y Ártriz cogieron confianza rápidamente, se sentaron en el salón y empezaron a hablar, nosotros nos extrañamos un poco, pero eso no quiere decir que no andubiéramos escuchando. 

-Ah por cierto, me llamo Marcia, por si alguno no sabía. 
-Yo soy Ártriz -se presentó- El narizudo es Ringo, el desgaducho es George -me presentó como solía presentarme- el cara de bebé es Paul y el hermoso de allí es John.

La chica, perdón, Marcia, ahora sabemos su nombre, se levantó y a lo Europeo le dio dos besos a cada uno, a mi también :3 

-Encantado de conocerte hermosa dama ;) -comentó Paul, como siempre, era el primero que empezaba a ligar, ahora vendría John. -Es un honor tenerte en la casa  -soltó John.. como sabía yo que iba a pasar, ahora me tocaba a mi- Tus ojos alumbrarán la oscuridad de este hogar ;) -les gané con el piropo. Ahora tocaba Ringo- Oye... ¿ese anillo no es mío? -dijo Ringo. Vaya forma rara que tiene de ligar el tío. 

Marcia se miró el anillo, giró la cabeza mirando a Ártriz, se sacudió los hombros, se sacudió la falda, se dio la vuelta y se fue a hablar con Ártriz. 

-Ah, por cierto.. ¿qué cojones haces aquí? -preguntó Ártriz la pregunta que teníamos todos en la cabeza. 
-Ah eso -dijo sonriendo- veníamos a buscar unos calcetines, pero nos encontramos con un caballo manchado de excrementos de excrementos... entonces gritó Bea, nos asustamos, corrimos, encontré los peces del demonio y me acurruqué en la montaña de la cocina -esta chica tenía una forma de describir bastante peculiar.. - y ahora vosotros :)
-¡Os dije que limpiárais a Caballo! -gritó Ártriz haciéndonos retroceder. Marcia se quedó pensativa- ¿le tiráis caca a un caballo? -preguntó. Nos echamos todos a reir. 
-No son excrementos, es tarta de chocolate -explicó Paul. 
-¡QUE FUERTE! -gritó- ¿tarta de chocolate a un caballo?! 
-Eso mismo dije yo -me entristecí recordando la escena.

------FLASHBACK----

Aquel día Ringo se levantó con una bonita frase que salía de su boca. -Hoy voy a hacer un pastel de chocolate.  -dijo en el desayuno. 

Ártriz sonrió -Hazlo con pocas caloría, ya sabes, una que se cuida en esta casa. 
-No te hace falta querida ;) -coqueteó Paul.
-Añádele Whisky al pastel, Richard -dijo John. 
-JNVDISJFSDOAJKI -expresé yo, lleno de emoción.

-Lo voy a hacer de chocolate, y punto. Uno de estos ricos ricos. 

Me llevé toda la tarde observando como Ringo hacía un pastel, cada maniobra que hacía con las manos hacía que el pastel se volviera más irresistiblemente atractivo. Me casaría con ese pastel, me enamoré del su chocolate, le miré fijamente al sirope. Le dije con la mirada cuanto le quería. Me había hecho ya la ilusión de pasar un futuro junto a mi pastel. 

Cuando parecía que ya lo había terminado, avisé a todos los demás para que observaran la obra de arte que había hecho Ringo.  Pero Ringo cogió el pastel, y no se dirigió a la mesa donde todos esperábamos, no, se fue al jardín. Cada día que recuerdo el drama que tuve que pasar por el pastel.. 

Ringo lo levantó por encima de su cabeza, todos lo seguimos para saber a donde iba con dicho pastel. 

-¡LA VENGANZA SERÁ MÍA! -dijo mirando al caballo que hace unos días le habían traído a Ártriz para que lo cuidase durante un mes. 
-Ringo... ¿tú has tomado las pastillas rosas que tenía yo en mi cómoda? -preguntó John.
-No, me las tomé yo -dijo Paul
-Ah vale, no sabía donde estaban. 
-¡Ringo! ¡suelta a ese pastel! ¿qué piensas hacer con él? 

-Ayer, tomándome mi desayuno, el tipo este se metió el hozico en mi taza de leche, y me salpicó una de mis camisas favoritas, y ahora, yo pienso manchar, con el enemigo de las telas, el chocolate, su pelaje. 

-Ringo, deja que por lo menos lo pruebe -me quejé, suplicándole. Ártriz me abrazó, dejando mi cabeza en su hombro, para que no viera lo que pasaría a continuación. Oí el ruido que produce un pastel cuando se estrella en un caballo, el caballo relinchó un poco, pero pasó del tema. John y Paul seguían hablando sobre sus pastillas y yo... yo lloraba desesperadamente con un roto corazón que seguía latiendo, por la ausencia del pastel... 


---------FIN DEL FLASHBACK---- 


-Os dije que limpiárais al caballo hace por lo menos 3 días. 
-Bueno querida, aún estamos procesando la información -dijo John excusándose. 
-¿Has dicho que viniste con una amiga? ;) -dijo Paul, coqueto. 
-¿Y por qué buscábais calcetines aquí? -preguntó Ringo.  La 
chica se encogió de hombros. -Vine con Bea, pero echó a correr y no la encuentro y no le pregunté para qué quería los calcetines. 
-Pero si estuviera aquí ya nos habría oído y habría venido -en mi mente se me ocurría una idea de donde podría haber ido... - Pero, quizá se esconda porque cree que ha hecho un delito por colarse en casa de alguien..  -Dijo John. 
-Nah -contestó Marcia- no tiene vergüenza para esas cosas. Si hasta sale a recibir al cartero en sujetador.. 
-Mmm tendré que hacerme pasar por cartero -dijo Paul. 
-Vamos a buscarla -dijo Ártriz. 
-Si.. yo voy a mi cuaarto, a ver si está allí.. -comenté alejándome.  Pero antes, fui a comer que me moría de hambre pensando que alguien podría estar en mi "despensa" particular. 


Versión de Bea. 

Salía yo de aquel extraño lugar por donde había venido con un helado en mano. Cuando escuché mi nombre gritado por Marcia, entonce me aceleré, saliendo de debajo de aquella cama, de aquella habitación salí también y me fui por un pasillo buscándola por esa desconocida casa.
-¿Tú eres Bea? -preguntó una voz extraña detrás mía y pegué un bote, lo miré, no lo reconocí muy bien, y por precaución salí corriendo. 
-No soy tan feo como para que salgas así ._. -lo oí decir y me paré, me dí la vuelta de nuevo y lo miré mejor. -Aaah, tú eres John -sonreí- si, soy Bea ¿me buscáis? 
-Si, buscamos a la chica que se coló en nuestra casa buscando calcetines... 
-¡Los calcetines! es verdad leñe... -dije agachándome, quitándole los cordones del zapato rápido, quitándole el zapato haciéndolo caer, y arrancándole el calcetín- gracias por recordármelo.- Le miré con una sonrisa, seguía en el suelo desde que lo caí, y me miró perplejo.  -De... de nada -dijo sin saber seguramente qué decir. Y yo emprendí mi marcha, buscando más calcetines, pisando algo pegajoso.. ah si, el helado, que se e había caído. 




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Finalmente aquel día, cuando Bea recolectó los cuatro calcetines. Hablaron todos como haciendo nuevos amigos. 
Marcia hablaba de cosas extrañas, a los demás les parecía que tenía una imaginación demasiado desarrollada. Bea explicaba qué les había hecho colarse en la casa y ella misma decía "¿qué es vivir en esta época si no es con algo de los beatles?" Paul coqueteaba con Bea, George le preguntaba qué había cogido exactamente de su despensa en privado sin que los demás escucharan, ya que aquel sitio sólo lo conocían ahora él y ella. John intentaba entender la fobia que le explicaba Marcia con ls peces, y Ringo,  la intentaba convencer de que ese anillo era suyo, pero sin resultado. Mientras, Ártriz habló con todos, y con ellas, realmente andaba un poco necesitada de compañía femenina y quizá esa era la mejor oportunidad para hacer amigas. 

Cuando se fueron a ir Bea y Marcia, esta última tuvo la locuaz idea de invitarles a comer a todos a su apartamento formalmente, dándole las gracias a Ringo por regalarle el anillo, y pidiendo que se despidieran de los ovnis que la ayudaron a entrar por la ventana del baño. 


Y hasta el día siguiente, pasó unas horas. 

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